11 marzo 2016

El dolor catalogado



El dolor inspira.
Los que escriben lo saben.

Las palabras fluyen mejor
al olor de la sangre.

Ese adiós incrustado.
Una casa que arde.
Que falte la despedida.
Llegar demasiado tarde.
Una piel que no me pertenece.
Un corazón que no tiene sitio.
Esa oscura pared.
Esa deformada imagen
que devuelve el espejo.

La locura rozando mi frente.
Yo sola con este peso.
Apretando los dientes.

Un cuerpo flotando boca abajo.
Los nudillos en carne viva.
Saber que ya no más.
Que ya nunca.
Explotar y salpicar.
El nudo de la garganta impidiéndote respirar.
Dejar de reconocerte.
Pasearte por dentro y verte diferente.
Que se hayan llevado lo bueno.
Que solo quede lo malo.

La decepción, que aún podía ser más grande.
Recuerdos que han cambiado porque los hemos ensuciado.
Que hablando de niveles de dolor,
no poder ya sentir, es el más alto.

Naufragar.
Tener los ojos hinchados de llorar.
Que te hayan vendido el amor como trampa.
Alimentar a los hambrientos demonios
que me acompañan.

Entender el significado de nada
y que la nada te venga de frente
y volver a doler y que sepas 
que también dolerá mañana
porque al olor de la sangre
fluyen mejor las palabras.