Me creí las promesas que inventaba el deseo
trazando las formas con las yemas de los dedos.
Las fantasías nos servían de velo,
pero por desgracia, la verdad llegó primero.
Perdí un reloj como metáfora del tiempo,
lo dejé en la mesilla junto a mis sentimientos.
Ventanas abiertas para que salga el humo
y arrastre con él todos los recuerdos.
Vetusta.
Las cenizas de Ángela.
Un mes de enero.
Una copa vacía
en la que se ha deshecho el hielo.
Un imán de la nevera.
Un tendedero.
Conversaciones veladas
teñidas de miedo.
Me creí los mañanas que dibujaba el deseo
pero por desgracia
la verdad llegó primero.