06 marzo 2016

Maniquí



Yo era un objeto creado con restos de otros objetos.

Tuve distintas utilidades y diferentes dueños.

Durante varios años viví en un taller de costura.
Era un lugar maravilloso lleno de alegría y movimiento, cada día alguien me cubría
con preciosas telas y durante largos ratos, en lo que parecía un juego, 
repartían alfileres por la tela, ajustándola a mi cuerpo.

Me pusieron nombre y algunas de las personas que me visitaban, me hablaban
de sus cosas.
De su vida, de sus sueños.
Un día, unos señores desconocidos me alzaron por los aires y me metieron a oscuras en 
un camión.

Me había quedado antiguo.

Me quede a oscuras allí dentro un par de días, imaginando cual sería mi nuevo destino.

Una pequeña tienda de barrio, una tienda de uniformes.

Empecé siendo enfermero.

Al principio, aquella pared de cristal que hacía de barrera entre el mundo y yo, se me antojó divertida.

Podía pasar el día entero viendo pasar los coches, las personas, algunos se paraban y también me 
miraban.


Los días de lluvia casi nadie se paraba, pero aprendí como suenan las gotas de lluvia contra un cristal.

Por las noches una cortina de metal apagaba mis vistas hasta la mañana siguiente.

Fui enfermero,camarero, conductor de autobuses y cocinero.
Bueno, no lo fui, me vistieron de.

Una mañana la cortina de metal se quedó cerrada.
y pasaron muchos días hasta que la luz volvió.

Me desnudaron y volví a ser maniquí.

Pase varios días en un estrecho cuarto amontonado con otros como yo,
hasta que alguien abrió la puerta y pude, por fin, ver como eran las noches.