A costa de caminar sin la intención
de llegar a ningún lado, hemos llegado
a un lugar deshabitado.
No hay mucho que decirse aquí donde estamos.
Cada palabra suena vacía
y empezamos a acostumbrarnos.
Mira, era aquí donde todo acababa,
en este paraje desolado.
¿Ves esa nada contaminada
pegándose a los dedos?
¿ Ves tu imagen en los pedazos
rotos de aquel espejo?
Hemos llegado a la ciudad del desencanto
y ni siquiera hemos entrado cogidos de la mano.
Hemos llegado a un lugar deshabitado
y no siento nada de pestañas hacia abajo.
Te veo caminar despistado
pisa fuerte, si quieres, pero hazlo con cuidado.
Tú ves solo lo de fuera y te parece suelo firme
pero debajo solo es barro.
Mira, ya estamos,
este desierto parece cotidiano.
Era aquí donde acababa todo,
en este lugar deshabitado.