28 enero 2020
Guapo
Joder, qué guapo estabas hoy,
qué impotencia más grande
fingir no mirarte
la cabeza agachada
concentrada en no adorarte.
Cuantas cosas bonitas
debo callarme.
Y tú, a dos metros,
en apariencia altivo y distante
con la oscuridad sumergida
y el hielo como estandarte.
Siempre que te veo
siento el impulso
de decirte algo bonito.
Sé que no debo.
Hago una bola con el impulso y lo contengo
con todas mis fuerzas, dentro de mi cuerpo.
Luego lloro, aunque no sé muy bien por qué.
Quizá porque ahora eres un extraño.
Quizá porque ni siquiera puedes verme.
A lo mejor es porque no puedo ser sincera
tampoco sé callarme
y me duele si me obligo.
Joder, qué guapo estabas hoy
maldito nudo en el ombligo
como se convierte el deseo
en un silencio esquivo.
Ojalá pudiese decirte
que sigues siendo el hombre más guapo del mundo
que detrás de esas pestañas se esconde el universo
que siempre te he querido
o
simplemente
algo bonito.