Tú no lo sabes,
pero yo he visto todas las vidas que no viviremos.
Aunque nunca nos hubiésemos amado.
Aunque no estuviésemos predestinados.
Has salido a correr,
yo me he quedado a escribir.
Has llegado cansado y molesto,
intuyo que es por algo que no ha salido como tú esperabas.
Me transformo en segundos para ser la tirita
que tape completamente la herida.
Tú maltratas tu cuerpo corriendo hasta casi reventar
como si de alguna forma estuviera conectado con esa parte
de tu cerebro a la que no sabes acceder.
Yo maltrato mi cabeza, tecleando con rabia sobre la tristeza.
Como dos trozos de tela que han encontrado su propósito
haciéndose de venda.
Tú no lo sabes,
pero yo he visto todos los finales.
Me has transformado en el fallo que no puedes perdonarte
en el complejo capricho que tus frágiles sentidos no pueden
permitirse.
Me dices adiós desde una puerta entreabierta.
Tú sales a correr para que no te devore la bestia negra
yo escribo sobre la tristeza, tecleando hasta que duelen los huesos y las yemas.
Tú no lo sabes,
pero yo adiviné que no encontraríamos jamas la salida
porque tú eras una herida profunda
y yo tan solo una tirita.
Aunque nunca nos hubiésemos amado.
Aunque no estuviésemos predestinados.
Has salido a correr,
yo me he quedado a escribir.
Has llegado cansado y molesto,
intuyo que es por algo que no ha salido como tú esperabas.
Me transformo en segundos para ser la tirita
que tape completamente la herida.
Tú maltratas tu cuerpo corriendo hasta casi reventar
como si de alguna forma estuviera conectado con esa parte
de tu cerebro a la que no sabes acceder.
Yo maltrato mi cabeza, tecleando con rabia sobre la tristeza.
Como dos trozos de tela que han encontrado su propósito
haciéndose de venda.
Tú no lo sabes,
pero yo he visto todos los finales.
Me has transformado en el fallo que no puedes perdonarte
en el complejo capricho que tus frágiles sentidos no pueden
permitirse.
Me dices adiós desde una puerta entreabierta.
Tú sales a correr para que no te devore la bestia negra
yo escribo sobre la tristeza, tecleando hasta que duelen los huesos y las yemas.
Tú no lo sabes,
pero yo adiviné que no encontraríamos jamas la salida
porque tú eras una herida profunda
y yo tan solo una tirita.