30 octubre 2015
Sentirse un extraño
Sentirse un extraño
desubicado en un mundo
de peldaños hacia abajo
y navegantes sin rumbo.
Sentirse un vagabundo
con el cuerpo desgastado.
Sentirse ajeno a todos,
desvencijado a cada paso,
con el orgullo para fuera
y el dolor encapsulado.
Sentirse un imbécil
saber que estoy equivocado
convertirlo en rutina
y acabar acostumbrado.
Dejar que se queden,
aunque no los necesito,
por si acaso una tarde
preciso su cariño.
Les explico los limites
ya desde el principio
para que no se acomoden
ni sean ellos mismos.
Sentirse mejor solo
que acompañado de otros
fortalecer esa idea
mirándote a los ojos.
29 octubre 2015
Parecer
Hemos cogido la estúpida costumbre de fingir que somos fuertes.
Como si fuese a curarse antes por demostrar que no nos duele.
Nos hemos visto la piel y está cubierta de alfileres
que sostienen frágilmente lo que queremos proteger.
Sabemos que aguantan poco y acabarán por caer.
Hemos gastado todos los modos intentado de nuevo renacer
haciendo hueco en nuestra existencia para cosas que puedan llegar a ser.
Nos hacemos viejos y cobardes, nos empieza a parecer
que nuestro mundo es más sencillo si nada nuevo entra en él.
Nos esforzamos en proteger ese pozo oscuro y seco
que tan siquiera calma la sed.
Ahora me parezco más a ti.
Me has hablado tanto de calma, de estabilidad y de equilibrio,
de paredes que se mueven cuando sientes que estás vivo.
De rutinas y de pautas, de espacios y distancias
de poner las cosas en su sitio y no moverlas por nada.
Ahora me parezco más a ti.
Soy menos espontanea.
Me bajé de los columpios y me subí a una montaña.
Bolas de nieve
Dices que te sientes como un continente
en el que cuando algo lo mueve,
todo se desordena.
Esas frases digiero acompañadas con la pena.
No quisiera ser la nieve que se mueve
en tu bola de cristal.
No quiero ser un objeto allí dentro
ni estar fuera como alguien
que estropea y desordena.
Todo el mundo las agita cuando las ve.
Porque son más bonitas en movimiento.
Luego cuando la nieve se para,
todo vuelve a estarse quieto.
Nunca me gustaron.
Cuando era pequeña me regalaron una.
La observe y pasado un rato concluí que las cosas estaban encerradas ahí dentro.
Sin posibilidad de añadir nada, ni de liberar nada.
Intenté romperla de mil formas distintas, finalmente lo conseguí lanzándola por la ventana.
¿ Te has dado cuenta que la única utilidad de
esas jodidas bolas es moverlas?
Tengo metáforas mejores...
Pero lo importante es que te entiendo.
Desde aquí se ve tu esfera,
vacía, aséptica y quieta.
Tu esfuerzo funciona.
Tu esfuerzo funciona.
Nada ya puede moverla.
Dedicado
Tenía tanto dentro, contenido
una fuerza brutal acompañada
de locura y sinsentido
que brotaban nada más
a solas contigo.
Lo volqué aquí
para retenerlo.
Eres mi argumento,
la excusa que pongo a mis defectos
donde me refugio de las tormentas
que levanta mi intelecto.
Mi inspiración eres tú
las cicatrices de tu cuerpo
los enmarañados conductos
que llevas hacia dentro.
Esta utopía de querernos
como seres imperfectos
va empujando mi existencia
en esta parte del trayecto.
Esto es para ti
que eres el centro
de la montaña rusa
en que me muevo.
Un pestañeo, basta con eso,
están temblando los cimientos.
Aquí te dejo mis desaciertos
mis desvaríos,
los átomos de mi cuerpo
convertidos en palabras
que perduran en el tiempo.
Gracias inspiración
fíjate lo que hemos hecho.
una fuerza brutal acompañada
de locura y sinsentido
que brotaban nada más
a solas contigo.
Lo volqué aquí
para retenerlo.
Eres mi argumento,
la excusa que pongo a mis defectos
donde me refugio de las tormentas
que levanta mi intelecto.
Mi inspiración eres tú
las cicatrices de tu cuerpo
los enmarañados conductos
que llevas hacia dentro.
Esta utopía de querernos
como seres imperfectos
va empujando mi existencia
en esta parte del trayecto.
Esto es para ti
que eres el centro
de la montaña rusa
en que me muevo.
Un pestañeo, basta con eso,
están temblando los cimientos.
Aquí te dejo mis desaciertos
mis desvaríos,
los átomos de mi cuerpo
convertidos en palabras
que perduran en el tiempo.
Gracias inspiración
fíjate lo que hemos hecho.
28 octubre 2015
Dando vueltas
Me he lamido las heridas un rato.
Pero me seguían doliendo.
Acurruco demasiado mi tristeza,
y luego no quiere marcharse.
He decidido llamarme al orden.
Pero chica ¿tú te has visto?
Esa sonrisa sincera y las alas que te escondes
ese fuego que llevas dentro
esa honestidad y esa limpieza con que rellenas los huecos.
He llorado porque algo ha borrado
esa imagen de mis ojos.
Y he recordado esas fabulas que me leías de pequeña.
Sobre anillos que tenían el valor que tú le dieras.
Sobre ranas y escorpiones y sus diversas naturalezas.
Sobre todos esos principios que me puse por bandera.
Me he mecido las penas con café y chocolate.
Algo se ha averiado.
Me he quedado sola para escuchar cómo late.
Me he contado las penas para que se dispersasen
y ahora estoy limpia de nuevo para volver a ensuciarme.
Llora.
Con las lagrimas se arrastra la arena.
Pero no lo hagas mucho,
que la tristeza se almacena.
Córtate los nudos,
suelta todos los que puedas.
La vida seguirá girando.
Y nuestras esferas dando vueltas.
27 octubre 2015
Tendencia
Tengo tendencia a
dispersarme en las arrugas de tu frente.
Aún no he reunido fuerzas para hablarte de verdad
y no perderme
en los rizos que se forman en tu nuca,
en las venas marcadas de tus manos…
Cuando estas frente a mí, no recuerdo
lo que quería contarte.
Empieza a dominarme el deseo de protegerte,
mi cuerpo empieza a sonreír y no sé contenerle.
Quiere creerte.
Comienzo a hacerme fuerte,
despliego las alas y no hay un solo deseo
que no quiera concederte.
Tu presencia es un espejismo.
Cuando apagas la luz sin despedirte
todo me parece retorcido.
Empequeñezco y me deshago
comienzo a ser
consciente de los daños.
consciente de los daños.
Tengo tendencia a preferirte,
a elegir las heridas para mí
y hacer tu vida soportable.
Tengo tendencia a destruirme
por evitar que algo te marque.
Tiendo a la desconcentración
cuando compartimos el espacio
viajo por los pliegues de tu cuerpo
y me sumerjo
quisiera visitar
cada uno de tus huecos.
quisiera visitar
cada uno de tus huecos.
Cuando te miro a los ojos
ya no tengo miedo,
siempre viene luego
cuando ya no estás conmigo.
26 octubre 2015
Fidel Delgado en las Sextas Jornadas "CONCIENCIA con CIENCIA"
Hoy me he acordado de algunas personas que aparecen en tu vida en el momento exacto
y eso las convierte en especiales. Aunque se queden, o aunque solo pasen.
Quizá por lo melancólico de este lunes de octubre, gris y lluvioso.
En un momento de mi vida, de esos que transcurren cuesta arriba, mi tristeza se topó
con Fidel.
Era mi sonido de las noches, consiguió arrancar risas y fuerza a partes iguales, cuando yo
las daba por extintas.
Uno puede o no, tomar la psicología en serio, pero a mí me sigue molestando cuando alguien
los confunde con tarotistas o quiromantes.
La psicología es una ciencia, ejercida por personas, hay médicos buenos y malos en su trabajo, policías limpios y corruptos y lo mismo sucede con los psicólogos.
Para mí Fidel Delgado es de los buenos, de los que te cuentan cosas para que absorbas de ellas lo que quieras.
Comparto el vídeo de su ponencia para las sextas jornadas de "Conciencia con ciencia".
1 hora y 29 minutos que a algunos os parecerá mucho pero a otros se os pasará volando.
Mensajes importantes contados con humor e inteligencia.
A mí me enseñó muchas cosas en un momento en el que todo podría haber ido a peor.
Compartí muchas lagrimas primero y bastantes risas después hablando de cantaros llenos
o vacíos.
Espero que os riáis y sobre todo que os queden posos del mensaje.
Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=WtKy4P2Kj5Y
22 octubre 2015
Libros abiertos
Ella creía que había recibido la educación necesaria para afrontar la vida.
Aún no había aterrizado la era informática y 7 libros de texto en una mochila
pesaban demasiado.
13 asignaturas perfectamente diseñadas para introducir conocimientos.
Ella no entendía porque se caen las hojas de los arboles.
Le explicaron que no siempre era así. Que existían hojas caducas y hojas perennes.
Pero siguió sin saber porque le gustaba tanto pisar sobre las hojas caídas.
Cuando hablaba del arco iris sentía que era imperativo comprender términos como
la refracción.
Le enseñaron que las mariposas antes de serlo primero son gusanos.
Quería cambiar la asignatura de religión por la de ética.
Hablaban de castigos y pecados capitales.
A ella le encantaban los bollos de chocolate. Se los comía incluso cuando no tenía hambre.
Y le gustaba un chico, tanto como para llevarle a pisar las hojas y a mirar el arco iris.
Y pensó en la gula, y en la lujuria.
Se le sumaron todos en la cabeza, cuando ese chico se fijó en otra.
Y se le inflamaron la ira, la envidia y la soberbia.
Estudiaba mucho y memorizaba aquellas cosas que se suponía debía saber,
pero en aquel maremágnum de conocimientos siguieron faltando respuestas.
Comenzó a leer libros de todo tipo.
Que alimentaban ese hambre que no saciaban las aulas.
Aprendió que hay cosas que solo se aprenden con la práctica.
Cosas que nadie puede explicarte porque depende de tu propio y exclusivo pensamiento.
Que los pecados son un mecanismo de control.
Y que es tan importante entender la metamorfosis de una mariposa
como apreciar su belleza.
Y leyó libros de ciencias para entenderlo
y luego leyó a Baudelaire, y a Borges y a Wilde para sentirlo.
Y así vive todavía
enamorada de los libros.
Mientras te has ido
Acaricié tanto las posibilidades que ahora están manoseadas
y así no se abren.
He pensado demasiado, por demasiado tiempo,
olvidé la importancia que tiene estar en movimiento.
Te he pensado tanto y te he llevado tan adentro
mientras tú vivías allí en otro pedazo del universo.
Casi parece que has vivido junto a mí todo este tiempo.
Ojalá pudieras escuchar las cosas que te cuento.
Hablé más contigo en una noche, que en toda la vida con el resto.
Apago la luz, te susurro los miedos
apretar fuerte los ojos ,visualizar tus recovecos.
Hacer castillos de arena en un mundo paralelo
en una playa desierta cualquier día de febrero.
Bebí de ti con tanta ansía que la misma fuerza me atrapaba.
Da miedo encontrarse con quien te romperá
y mirarse firmes, a la cara.
Han pasado 1000 días y todos tenían su mañana
me levanto contigo aún sin bajarme de la cama.
Acaricié tanto las posibilidades que acabaron gastadas
pero tú sigues aquí conmigo
entre los pliegues de la almohada.
y así no se abren.
He pensado demasiado, por demasiado tiempo,
olvidé la importancia que tiene estar en movimiento.
Te he pensado tanto y te he llevado tan adentro
mientras tú vivías allí en otro pedazo del universo.
Casi parece que has vivido junto a mí todo este tiempo.
Ojalá pudieras escuchar las cosas que te cuento.
Hablé más contigo en una noche, que en toda la vida con el resto.
Apago la luz, te susurro los miedos
apretar fuerte los ojos ,visualizar tus recovecos.
Hacer castillos de arena en un mundo paralelo
en una playa desierta cualquier día de febrero.
Bebí de ti con tanta ansía que la misma fuerza me atrapaba.
Da miedo encontrarse con quien te romperá
y mirarse firmes, a la cara.
Han pasado 1000 días y todos tenían su mañana
me levanto contigo aún sin bajarme de la cama.
Acaricié tanto las posibilidades que acabaron gastadas
pero tú sigues aquí conmigo
entre los pliegues de la almohada.
Buenos y malos
El bien y el mal.
Así como el blanco y el negro.
No creo que existan las personas buenas y las personas malas.
Creo que hay personas cuyos comportamientos y acciones tienden a la maldad casi siempre
y personas cuyos actos y pensamientos tienden casi siempre a la bondad.
Son los menos.
Luego estamos el resto.
Empujados por las circunstancias, por los momentos, por el soplar del viento,
por los deseos o por los miedos.
Excusados por nuestro corazón o por nuestro cerebro.
Intentando hacer lo correcto o sabiendo que fallamos.
Todos somos falibles
y es absurdo no pretenderlo.
No somos buenos o malos, somos capaces de lo mejor y lo peor, y la respuesta siempre
dependerá de a quién preguntes.
Hay personas con cortezas tan opacas que parecen lo que no son.
Hay personas bien disfrazadas en cuyas pieles hay que rascar.
Todos somos producto de lo vivido.
De las marcas, de los besos, de las caídas y de las reconstrucciones.
Preguntarse ¿ Eres bueno o eres malo?
La experiencia te transforma hasta que tú mismo eres incapaz de responder,
porque te has equivocado tanto o te han defraudado tanto, alguien al fin y al cabo
que no cumplió tus expectativas.
Oye bien. Tus expectativas.
Así aprendí a perdonar.
He roto promesas, he mentido, he transformado mis sentimientos y he dolido.
Me han roto promesas, me han mentido, me choque de frente con sentimientos transformados y me han dolido.
Decía el genial Sartre que somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros
Pude y pudieron tomar mejores decisiones.
He sido buena hasta la autodestrucción y he sido mala hasta la debacle.
Lo importante es darse cuenta.
De cuando has roto, de cuando te chilla la conciencia, de intentar cambiar las cosas.
No es necesario que alguien te pida perdón.
Porque tal vez, eso no sepa hacerlo.
Lo importante es mirar, ponerse la otra piel y respirar en ella.
Si sigues sin entenderlo tras eso, di adiós y márchate.
No te quedes ahí.
Pero si te la pones y te das cuenta de que tú no lo habrías hecho mejor,
quédate, tal vez te sorprenda ver los mundos asombrosos que un ser humano puede
contener.
Y dije adiós a los que no pude comprender.
Y les di las gracias por haber sido hasta que pudieron serlo.
Y me quite el dolor y me guarde el recuerdo.
Y te perdoné.
Y los perdoné.
Y me perdoné yo también.
20 octubre 2015
A través de la niebla
Un hombre mira a través de la niebla.
Cree que puede ver, pero tan solo se
le muestran los contornos borrosos
y él juega a interpretarlos.
No se explica donde se ha escondido el
sol que brillaba hace tan solo un momento.
Camina despacio, tiene miedo de chocar
con algo.
Ha cambiado el tiempo en lo que estaba
despistado.
Esa niebla espesa que ha salido de la
nada, que ha borrado los colores
y desdibuja los contornos.
Un hombre mira a través de la niebla.
Apartando con las manos los objetos
que están cerca.
Acostumbrado ya a mirar tras ella.
Tanto que cuando sale el sol
no reconoce su planeta.
Hay un hombre
mirando a través de la niebla.Tuve ganas de contarte
He tenido ganas de
contarte tantas cosas
sencillas,
cotidianas, que suceden en mi vida.
He
adoptado un gato,
lo
he llamado Señor, porque me recuerda a ti.
Aprendí
a tocar la guitarra
para
componerte canciones en mi terraza.
He
pintado las paredes de mi casa
de
un color indefinido que no pega con nada.
He
sentido el impulso de compartir contigo
la
música que descubro.
Canciones
tristes cuando soy consciente de que ya no estás.
Canciones
duras cuando creo que puedo un poco más.
Me
he torcido el tobillo bailando
expulsando
esta energía rabiosa que me está contaminando.
Y
he llorado.
Porque
el mundo me parece feo.
Luego
me consuelo
me
disipo como el humo y después me contoneo.
He
roto tres platos mientras los secaba
en
la cocina no cabían mi cuerpo y mi alma.
Tengo
plancha, mucha ropa por planchar.
Y
he vuelto a acordarme de ti.
Hay
tantas cosas que desearía contarte
paseando
por mi cabeza sin callarse.
La tristeza
La verdad es que más que de cualquier otra cosa.
De tristezas que aparecen sin justificación.
De esas otras lógicas, que acompañan a la pérdida o a la desilusión.
La gente huye de la tristeza.
Y aprendes a confeccionarte la mejor de las caretas.
Y la decoras con sonrisas, con dureza, fingiendo indiferencia, aprendiendo
a mantener las formas correctas.
La tristeza te agarra desde dentro pero aprendes a contenerla.
A veces se va, y te da un respiro para que puedas continuar.
Otras veces dura tanto que cuando pasa ves un enorme agujero
allí donde debía estar la vida.
La tristeza siempre va con el que mira.
A estas alturas ya sé que va y viene,
que tras la noche más oscura, de nuevo amanece.
-No estés triste - Te dicen. Como si fuese así de simple.
Y finges. Si eres inteligente, sabes que ese agujero aún puede
hacerse más grande.
Te sobran todos, te recoges, y en esa soledad aún cabe más tristeza.
Te mezclas, te esfuerzas, convences a tu cerebro para que imite tus maneras.
Y así de repente un día es mejor que los demás.
Casi no he podido reponerme en el corto espacio que transcurre entre las mías,
pero tuve la suerte de vomitarlas y transformarlas en poesía.
Tuve suerte de amar la soledad y analizarme las manías.
De tener demasiado orgullo y permitir que la tristeza se borrara con la ira.
Tuve tristeza desproporcionada y de la hecha a medida.
Me quede mientras se iban, demasiado pronto, demasiadas veces.
Vi las carencias y los agujeros, demasiadas veces, demasiado pronto.
Mi mecanismo vital ya estaba roto.
Acumulé las heridas como el que colecciona cromos.
Aprendí a distinguirlas por los matices de sus tonos.
Y mientras tanto desde fuera todos palpaban fortaleza.
Tengo la mejor pose para mostrar indiferencia.
Trabajada y entrenada con años de experiencia.
Limito mi cariño para evitarme las molestias.
Para no alimentar mi inclinación a la tristeza.
Me hago fría por mimetismo a la corteza.
Y de tanta indiferencia menos cosas me interesan.
El cajón de los recuerdos está lleno de piedras.
Hoy tenía la tristeza de sentir que ya no encajo
como cuando eres pequeño y de repente un día
ya no cabes en el armario.
Que me pesan las horas como si fueran años.
Que mis personas favoritas me parecen como extraños.
Que ya no me divierto, que está siempre nublado.
El espejo me devuelve un ser distorsionado.
Hoy tenía la tristeza que forma la costa con la arena de la playa.
Esa que grano a grano se hizo montaña.
Pasará, lo sé, y será mañana.
Y amanecerán disueltas y asimiladas.
19 octubre 2015
Planetas
Te doy el espacio, lleno de galaxias
y de agujeros negros.
Una enana blanca en tu universo.
Así me siento.
Te doy años luz
para que te vayas expandiendo.
Un meteorito que ha variado de trayecto
que va directo al choque y te ha cogido en medio.
No soy tu satélite.
Yo soy otro planeta.
Desde está posición veo pasar cometas.
Me acerqué demasiado al sol
y llené mi superficie de volcanes.
Te has alejado tanto del calor
que tu planeta se ha congelado.
El equilibrio es quedarnos donde estamos.
Somos planetas
no podemos orbitarnos.
Nos observamos de lejos
por la luz que reflejamos.
Octubre
Ven a pisar hojas secas conmigo.
Ha llegado el otoño de repente.
Esta lloviendo y es perfecto
pasear bajo un paraguas.
Nos iremos un par de veces por semana
a pasear por Madrid de noche
mientras nos limpiamos las entrañas.
Según haya ido el día
nos moriremos de risa
o no diremos nada.
Los martes y los jueves por ejemplo.
Y libramos los festivos.
Nos confesamos los tropiezos,
cambiamos puntos de vista
acompañando un paseo.
Ven a pisar hojas secas conmigo.
Eso te ofrezco.
Entre tantas cosas
Entre tus fronteras y mis principios se ha formado un desierto de arena.
Un desierto en el que acumular los intentos fallidos.
Nos miramos a través de una copa de vino.
Nos ponemos el disfraz que aún encaja en nuestros cuerpos.
Nos han crecido espinas con el transcurso de los años.
Las capas protectoras se amontonan y hemos aprendido a conformarnos.
Conseguimos hablar sin decirnos nada.
Sin tocar esas cuerdas de notas agudas que hacen estallar los cristales
de nuestras burbujas.
Entre tus rutinas y mi tendencia a la disculpa
se ha formado una obviedad que no da lugar a dudas.
Brindamos sonrientes por la fuerza destructora de nuestro recipiente.
Cristal, liquido y nieve. Y para aportar color, algunos objetos inertes.
Brindar por la soledad que hemos elegido
por la falta de aire fresco y por el poco contenido.
Brindar por el frío, por la gravedad que persigues incesante,
por no saber mirarme, por esos pasos de puntillas que jamás dejaron huella.
Sacrifiqué mis mariposas en el altar de tu pragmatismo.
Cuando las ves morir, ya nunca eres el mismo.
Entre tu falta de empatía y el suicida derroche de la mía
se ha creado un desequilibrio de enormes proporciones.
Aquí en mi pequeñez todo son tus condiciones.
El ruido de nuestras esferas al chocar
acallo el murmullo de la nieve al caer.
Código binario
Tenía que borrar cosas.
Era necesario hacer espacio en la memoria.
Programas de arranque. No es necesario comenzar con todo.
Ciñámonos a lo importante.
Empecé por las aplicaciones instaladas
esas que instalaba por el capricho del momento y casi nunca utilizaba.
Algunas de retoque, para impresionar, ya sabes.
Otras de prueba, que se quedan ahí ocupando espacio pero ya no sirven para nada.
Algún que otro juego con el que llenar el tiempo, en esos momentos en que parece que te sobra.
Me quede con el antivirus. Es lo más importante.
Y con un navegador. Fundamental.
Luego revise los archivos, fotos, música, películas...
Me volví selecta en mi afán por rescatar el máximo espacio.
Películas que ya he visto repetidas. Fuera. Suprimir.
Fotos que guardaba pero dolían al mirarlas. Suprimir.
Conserve aquellas que reflejaban algo importante. Recuerdos esenciales.
Me deshice también de la música que transmitía el espejismo del momento.
Esa que solo me había gustado porque contaba una historia que se parecía
a nosotros.
Hay que tener cuidado cuando haces espacio porque la papelera de reciclaje también cuenta.
Ahí se van quedando cosas y puede ocurrirte que en un melancólico día te dé
por restaurarlas.
Rastreé los archivos porque a veces pasa que hay cosas que tú no has puesto ahí
pero venían implícitas junto a algo que sí querías.
Borré las cookies, el historial y la caché.
Reinicié.
Ahora navego más rápido. Mi antivirus detecta que todo está limpio.
Entran cosas nuevas y sé que tardaré poco en llenarlo.
El equipo no es el problema.
Suele serlo el usuario.
10 octubre 2015
Incultura general
No veo mucho la televisión.
Debe ser que no tengo el gusto acomodado al de la mayoría.
La programación se rige por mayorías, no por calidad. Como cada vez más cosas.
Los 10 programas más vistos del ranking por audiencia son 4 eventos deportivos, 3 concursos,
2 series y 1 reality.
Orbita Laika ha sido relegado a las 23.30 de los miércoles en la 2, sin embargo
Gran Hermano va por su edición 16, somos el país que más ediciones ha llevado a cabo.
El pasado jueves alcanzó el 25% de cuota de pantalla.
Medio país estuvo pendiente de quién sería la expulsada ese día.
Sofía o Raquel. Dos chicas desconocidas, (ahora ya no), que formaban parte de un triangulo amoroso. Esto siempre da muchísimo juego.
La audiencia; esa masa todopoderosa, expulso a la fuerte y perdonó a la débil.
Pero la razón real de estar escribiendo sobre esto es otra.
Esta semana, la productora, en un intento de rizar el rizo, decidió hacer un test de cultura general a los concursantes. Como si el hecho de formar parte de ese programa no hablara ya suficiente por si solo del nivel intelectual de los susodichos.
Estas son algunas de las preguntas y respuestas del cuestionario que se ha hecho viral.
¿Qué es un lechón? - Una lecha grande
¿Cual es la capital de Asturias? - Almería
¿Cuantas provincias componen Andalucía? - cinco
¿Cuantos años tiene un lustro? - 500
¿Quien fue el primer presidente de la democracia? - Verde ¿ Verde? ¿ En serio?
Gibraltar está en España, Ramón y Cajal eran dos personas, el gentilicio de Barcelona es la Sagrada Familia, y así perlas y perlas de cultura general.
Lo peor no es que no supieran las respuestas, lo peor para mí son las risas que acompañaron su ignorancia y la forma en que los demás nos reímos viéndolo.
Pero lo cierto es que debería darnos más pena que risa.
Esto no es nuevo. Hay un programa de radio que todas las mañanas manda un reportero a las calles de diversas ciudades para hacer preguntas de cultura general a los viandantes.
Los resultados no son muy diferentes.
Esta mañana en un artículo de prensa un conocido periodista argumentaba que tampoco es importante
tener tantos datos, que no hay que valorar a las personas por sus conocimientos y que no pasa nada por no saber quién es Angela Merkel o en que año pisamos la luna.
Yo creo que si es importante saber quien es Merkel,
a mí cuando me joden, me gusta saber quién me está jodiendo.
También me gusta saber donde está la Torre Eiffel o lo importante que fue para mis abuelos y mis padres que hubiese un presidente en democracia y recordar su nombre.
No es tan importante, dicen algunos.
Puede que no.
Tras esto, una concursante paso 2 horas recolocandose las extensiones del pelo.
Porque eso se ve. Lo otro se evita no jugando al Trivial.
Porque lo que ven los demás es la ropa que llevo, la apariencia que tengo y lo que me
cubre por fuera.
La mierda está dentro. Ahí donde nadie suele mirar.
08 octubre 2015
Te propongo un juego
Te propongo un juego.
Cambiemos quienes
somos por un momento.
Yo seré la soledad
y tú serás mi aliento.
Me pondré esa piel
que tanto pesa.
Te pediré ese
espacio en el que ordeno mis ideas.
Tú vendrás con todo
al aire y las riendas sueltas.
Me hablarás de
sentimientos y de grietas.
Yo me asustaré. Y
cerraré la puerta.
Te costará aprender
a caminar
sin el lastre de
tus piernas.
No es sencillo
levitar, así de primeras.
Yo no me moveré.
Por si todo se
desordena.
Te pediré con la
poca dulzura que me queda
que te guardes tu
protección y tu cariño
y que observes
desde fuera.
Te propongo un
juego.
Ponte mis alas.
Yo me pongo tu
argumento.
A lo mejor así
comenzamos a
entendernos.
Te coseré esa
cuerda elástica que llevo yo cosida
que ha cedido con
el tiempo y ha perdido la medida.
Se ha dado de sí en
lo que empujas
y se ha quedado
corta en lo que tiras.
Te demostraré de
cualquier forma
que no tienes nada
que yo necesite.
Luego te miraré
esperando que interpretes
que soy un imposible.
Te propongo un
juego.
Dejemos de ser
nosotros, por un momento.
Tú con pasión me
explicarás tus sentimientos,
yo con cordura te
diré que lo siento, que en mi alma ya es invierno.
Que confundí el
cariño con las curvas de tu cuerpo.
Que no puedo llenar
nada porque yo no estoy completo.
Que demasiadas
cosas me dan miedo
y entonces tú
me propondrás un
juego.
Haciendo las paces
Cuando por fin maduré, hice las paces con ella.
No nos sentamos a contarnos las miserias
ni nos echamos basura a las caras.
No nos pedimos perdón, ni nos justificamos.
Un día, sencillamente, la miré y la comprendí.
Cuando eres joven te sientes el centro del mundo.
Todos se equivocan excepto tú.
Ella tenía unas circunstancias.
Y yo tenía unas carencias.
Yo no me atrevería a decir que siempre tomé las mejores decisiones.
¿ por qué debería pedírselo a ella ?
Somos distintas en muchas cosas
en casi todo aquello que nos ha dejado al albedrío, la genética.
La miro.
Es como mirarse en un espejo dentro de algún tiempo.
Hice las paces con ella,
coincidiendo con mis propios errores.
Intentaba darme buenos consejos.
Me parecía tarde.
Me hacia sentir débil.
Yo la sentía culpable.
Cuando todos mis cimientos se quebraron
ella, estaba ahí.
Donde no había estado antes.
Con el cariño sutil que se escapa por debajo de sus férreas armaduras.
Con su falta de sensatez y sus peregrinas teorías.
Lo que se nos escapó ya no podemos alcanzarlo.
Pero seguimos aquí las dos, sobreviviendo, con nuestros incontables fallos
y nuestros recuerdos.
No te lo digo nunca.
Pero sabes que te quiero.
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