27 octubre 2015

Tendencia




Tengo tendencia a dispersarme en las arrugas de tu frente.
Aún no he reunido fuerzas para hablarte de verdad
y no perderme
en los rizos que se forman en tu nuca,
en las  venas marcadas de tus manos…

Cuando estas frente a mí, no recuerdo
lo que quería contarte.


Empieza a dominarme el deseo de protegerte,
mi cuerpo empieza a sonreír y no sé contenerle.
Quiere creerte.

Comienzo a hacerme fuerte,
despliego las alas y no hay un solo deseo
que no quiera concederte.

Tu presencia es un espejismo.
Cuando apagas la luz sin despedirte
todo me parece retorcido.

Empequeñezco y me deshago
comienzo a ser 
consciente de los daños.

Tengo tendencia a preferirte,
a elegir las heridas para mí
y hacer tu vida soportable.
Tengo tendencia a destruirme
por evitar que algo te marque.

Tiendo a la desconcentración
cuando compartimos el espacio
viajo por los pliegues de tu cuerpo
y me sumerjo 
quisiera visitar
cada uno de tus huecos.

Cuando te miro a los ojos
ya no tengo miedo,
siempre viene luego
cuando ya no estás conmigo.