29 octubre 2015
Parecer
Hemos cogido la estúpida costumbre de fingir que somos fuertes.
Como si fuese a curarse antes por demostrar que no nos duele.
Nos hemos visto la piel y está cubierta de alfileres
que sostienen frágilmente lo que queremos proteger.
Sabemos que aguantan poco y acabarán por caer.
Hemos gastado todos los modos intentado de nuevo renacer
haciendo hueco en nuestra existencia para cosas que puedan llegar a ser.
Nos hacemos viejos y cobardes, nos empieza a parecer
que nuestro mundo es más sencillo si nada nuevo entra en él.
Nos esforzamos en proteger ese pozo oscuro y seco
que tan siquiera calma la sed.
Ahora me parezco más a ti.
Me has hablado tanto de calma, de estabilidad y de equilibrio,
de paredes que se mueven cuando sientes que estás vivo.
De rutinas y de pautas, de espacios y distancias
de poner las cosas en su sitio y no moverlas por nada.
Ahora me parezco más a ti.
Soy menos espontanea.
Me bajé de los columpios y me subí a una montaña.