A ti
que llenas los huecos
y pones las piezas
en el lugar correcto.
Gracias.
Tengo tanta imperfección almacenada
en esta cabeza loca y desorganizada.
Una imperfección a la que tú llamas belleza.
Contigo parezco menos loca, menos rota, menos imperfecta.
Te has acostumbrado tanto a mis rarezas
que has terminado por decir que no podrías vivir sin ellas.
Con los años has logrado convencerme
de que es magia y no locura.
Tengo tanta oscuridad y tanta desmesura
y una torpe forma de digerir la ternura.
Una hambrienta curiosidad que todo lo desnuda
y un orgullo absurdo incapaz de pedir ayuda.
Tú soplas en el aire y lo llenas de burbujas.
y despejas con caricias el terreno
donde yo siembro mis dudas.
Contigo me parezco más a mí.
Sumas cualidades y matizas los defectos
haces más brillante la luz de mi reflejo.
Reparas conmigo las heridas que otros hacen
y mirarte es una clase magistral de ser valiente y ser gigante.
Tu amor, tu paciencia y tu cariño
han dibujado un sendero por el que siempre puedo volver
cuando me pierdo.
Solo tú has resistido hasta encontrarme
debajo del maquillaje y de los disfraces,
y eso, no ha sabido hacerlo nadie.