Desesperada, leyéndote entre lineas
buscándole a tus actos algún significado.
Esperando encontrar el mensaje oculto
y descifrarlo.
Interpretando
los sutiles matices que tiene un abrazo.
Una frase al azar sobre el suelo mojado.
¿Porqué no dices nada?
El silencio no puedo interpretarlo.
Y comienzo a buscar señales en las pausas,
en los desaires y en la compleja pauta
que marca tu frialdad con más distancia.
Me siento como Pedro en el cuento
gritando que viene el lobo.
Y el lobo llega después de todo.
Enloqueciendo,
interpreto en el aire que libera tu aliento,
la velocidad del parpadeo.
La presión de tus pasos.
Los enredos de tu pelo.
Si has dormido poco, si estás cansado
si necesitas calor o algo más de espacio,
si seguimos aquí o ya no estamos.
Si veo tu imagen cuando cierro los ojos
y ya no te veo cuando los abro.
si seguimos aquí o ya no estamos.
Si veo tu imagen cuando cierro los ojos
y ya no te veo cuando los abro.