Una piel que con otra piel
no tiene suficiente.
Unos ojos reflejados en otros
sin preguntarse lo que sienten.
Unas manos vacías
que todo lo dejan caer,
que han perdido el tacto
y ya no saben
acariciar a una mujer.
No es a ti a quien echo de menos,
es mi yo cuando te amaba
lo que de verdad me falta.
Aquella sensación de poder girar el mundo
con un simple parpadeo
aquel luminoso espejismo
que proyectaba tu reflejo.
La inconsciente costumbre de sumergirnos en el enredo.
De volver sin pedir disculpas
cuando el polvo y los escombros aún perduran.
Me enamoré de ti,
esa era mi excusa.
Ahora dime
¿ Cuál era la tuya ?
Unas manos vacías
que todo lo dejan caer,
que han perdido el tacto
y ya no saben
acariciar a una mujer.
No es a ti a quien echo de menos,
es mi yo cuando te amaba
lo que de verdad me falta.
Aquella sensación de poder girar el mundo
con un simple parpadeo
aquel luminoso espejismo
que proyectaba tu reflejo.
La inconsciente costumbre de sumergirnos en el enredo.
De volver sin pedir disculpas
cuando el polvo y los escombros aún perduran.
Me enamoré de ti,
esa era mi excusa.
Ahora dime
¿ Cuál era la tuya ?