Esta vez no golpearé las paredes como lo hice otras veces.
Esta vez no voy a culparte ni a culparme.
Esta vez da igual que llueva,
el suelo está empapado.
La pena es lo que no has sabido ver.
la pena es que estuvieras mirando hacía otro lado.
La pena es esta incomprensión y este cansancio.
La pena es este adiós vaticinado.
La pena es todo lo que has dejado.
Te pedí solo un paso a cambio de todo lo que llevo caminado.
Pero tú siempre estás primero.
Y los demás sobrando.
Y los demás sobrando.
Intuía desde hace rato que habría una nueva decepción
a la vuelta de la esquina, esperando.
Intuía amenazante este vació de darlo todo y no llevarme nada a cambio.
La pena es tu egoísmo enfrentado a mi fortaleza para sumergirme en los abismos.
La pena es que el centro eres tú y los demás somos cometas.
Mis hilos se han roto de tanto darme vueltas.
La pena es lo poco que he importado.
Las escamas arrancadas.
La frialdad y la distancia.
La pena es lo insignificante de mi esfuerzo.
Lo peligroso que es pedir entendimiento sin merecerlo.
La pena es este adiós sin estruendos.
Los días esperando que llegara ese momento.
La forma en que detuve mi vida
para poder hacerte hueco.
La pena no es que hayas apagado la luz
la pena será el día que la enciendas.