29 noviembre 2015

Esa nube que te rodea




Se te escapa la tristeza a través de ese muro que has levantado.
Miro tu tristeza y me pregunto si eres tú capaz de verla.

Allá donde tu vas ella te rodea.
Contamina lo que toca y tú la dejas.


Soy complicado.
Soy oscuro.
No me quieras.
Hago daño.
No quiero hacerlo.
Pero estas son mis maneras.
No puedo cambiarlas.
Y además no quiero.
Soy retorcido.
Pero no idiota.
Hago infelices a quienes me quieren
con frases como esta.
Pero no soy idiota.
Aunque lo parezco.
No siento nada.
Yo no tengo amigos.
Lo único que hago es mirarme el ombligo.
No se si soy feliz
y no quiero responderme.
Tampoco me importa
el cariño de la gente.
Y no te lo tomes mal
pero no veo lo que sientes.
Si alguien me necesita
el compromiso se me hace exigente.
A mi me gusta a mi ritmo,
y que los demás me sigan la corriente.


Esas frases dice tu boca cuando tú no estás presente.
Y yo escarbo como loca buscando los defectos 
y tristeza es lo único que encuentro.

Filtrada por los muros de hormigón que has levantado,
tus ojos cuentan una historia diferente y no te siguen el engaño.

Y esa tristeza no me deja ver lo que escondes debajo
y te has puesto tantas capas que no sé si queda algo.

He soplado y he soplado hasta quedarme sin aire en los pulmones
intentando disiparla para ver al otro lado.


Márchate.
No me quieras.
Estoy resquebrajado.

Puedo ser algo mejor
pero solo puedo un rato.

Y he dejado de soplar 
porque tu tristeza pesa demasiado.