Piel enfurecida
cubierta por tus huellas
no sabe huir de ti
ni filtrarse por tus grietas.
Piel hecha jirones
ajada y descosida
tan fina que anticipa
el surco y los patrones.
Demasiado transparente
delatando sus errores.
Pudimos ser mejores,
pero ni lo somos ahora
ni lo fuimos entonces.
Torpes bailarines
que no entienden los acordes.
Parecen agua mansa
pero fluctúan por los bordes.
Piel desgastada por la fricción de tus roces,
parecían caricias
pero eran solo golpes.